Los clientes exigen un mejor servicio por parte de los almacenes. Esta mayor exigencia se traduce, por ejemplo, en reducir los plazos de respuesta y roturas de stock.
No obstante, se debe tratar de ofrecer el mejor servicio posible, tratando de aumentar, a su vez, la productividad del almacén. Para ello, habrá que dimensionar el stock de tal forma que garantice la máxima rotación y productividad, por un lado, y un adecuado servicio a los puntos de entrega, por otro.
La necesidad de segmentación de los mercados y los cada vez mas cambiantes hábitos de los consumidores, obligan a las empresas a comercializar un mayor numero de marcas y modelos, lo que se traduce en una mayor cantidad de referencias a gestionar el almacén.
Volviendo con las exigencias de los clientes, estos tienden a realizar pedidos cada vez más frecuentes y de menor tamaño, lógicamente, en aras de no hacerse cargo de los costos de posesión del stock. Esto, además de suponer un mayor número de líneas de pedido a preparar en el almacén, dificulta de sobremanera la optimización de la ocupación de los camiones, con lo que la gestión del almacén se vuelve mas compleja.
En definitiva, lo que se pretende resaltar es que el almacén ha dejado de ser un mero espacio físico donde las mercaderías esperan su salida, una mala gestión del almacén puede derrochar mucho dinero y hacer perder clientes. Por el contrario, una buena gestión, facilita una reducción de los gastos y puede garantizar una buena calidad de servicio a los clientes.
PRINCIPIOS DE ALMACENAJE
A la hora de gestionar un almacén, se debe tener presente una seria de principios básicos que garanticen un óptimo funcionamiento del mismo:
* Coordinación: El almacén no es un ente aislado del resto de la empresa. En este sentido, la función de almacenaje debe estar coordinada con las funciones de aprovisionamiento, producción y distribución, entre otras, adoptando los principios de la logistica integral.
* Equilibrio: Un almacén debe cuidar esencialmente dos aspectos primordiales, como son el nivel de servicio y el nivel de inventario. Muchas veces, por tratar de optimizar una de las variables se perjudica a la otra, por lo que se debe tratar de buscar un equilibrio.
* Minimizar:
- El espacio empleado: el espacio físico disponible para almacenar los productos debe ser aprovechado al máximo, de tal forma que la relación productos almacenados/espacio empleado sea máxima.
- Las Manipulaciones: los recorridos y movimientos, tanto de personas como de productos, deberán ser simplificados y reducidos en la medida de los posible. Esto ayudara a eliminar, o por lo menos reducir, operaciones que no aportan valor agregado pero si muchos costos.
- Los Riesgos: no hace falta incidir demasiado en recalcar que todo almacén debe prever los riesgos tanto para su personal como para sus productos e instalaciones.
* Flexibilidad: en el momento de diseñar un almacén, se recomienda siempre tener en cuenta las posibles necesidades de evolución que vaya a tener en un futuro, para así poder adaptarlo a las nuevas situaciones que puedan surgir.
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